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ANÁLISIS Y OPINIÓN

Moyano vs. Moyano

Ya es vox populi la falta de actividades públicas en común entre Hugo y Pablo. Resulta evidente que en el conglomerado camionero se perfila un enfrentamiento que, si se da, habría un quiebre de cara al futuro del imperio moyanista.

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Por Juan Manuel Morena, Director de Mundo Gremial

Si bien toda situación lleva un proceso, una evidente señal pública de malestar, que marcó un hito determinante, fue la renuncia de Pablo Moyano a todos los cargos periféricos hace menos de dos meses. Desde allí, el hijo mayor de Hugo, heredero natural de la continuidad de la representatividad gremial, sólo quedó a cargo de dos roles: secretario adjunto en el sindicato de base y uno de los tres secretarios generales de la CGT.

Ya en ese punto: ¿Cuál es la lectura que deberíamos hacer frente a este panorama y cómo afecta la postura de Pablo al mapa sindical argentino? En principio, existe una concentración de expectativas de Pablo en la próxima elección de Camioneros, donde se disputa la continuidad legítima de uno de los apellidos con más peso, que supo construir un gran proceso de crecimiento sindical, sino es el más importantes de los últimos 60 años, que es acompañado de un relato de lucha, cargado de mística y aunque débilmente sobrevive hasta hoy.

Pero ya es evidente, ese imperio empezó a mostrar grietas, no por las malas decisiones en el ámbito de la lucha gremial, sino por dos factores centrales: la pésima gestión en la obra social que es administrada por la actual mujer de Hugo Moyano, Liliana Zulet. Y la evidente falta de norte político de, padre del clan, tras la muerte de Néstor Kirchner allá por octubre de 2010.

Esta falta de magia sufrida por líder sindical , resultó para Pablo Moyano que desde entonces se mantuvo al frente de los conflictos y llevó por años en su hombro la lucha que planteaba la agenda de base, ser el más perjudicado o desgastado. Sin olvidar la sostenida actitud de Hugo de amparo hacia su actual mujer, quien es la encargada de administrar una porción sensible del sindicato en lo económico y blanco de la mirada crítica pública, debido a la falta de claridad en la gestión.

Entre bambalinas en la trama gremial, se sabe que los dirigentes seccionales marcan la fuerte identificación de los afiliados, con el perfil de lucha que ha demostrado Pablo en estos años. Sin dejar de lado los procesos políticos, que tampoco vienen siendo un resultado positivo para la familia (para saber más click aquí.)

Y si ampliamos este mapa, se visibilizan los giros y contra giros aportados por Facundo Moyano, que en 2021 renunció a su banca de Diputado Nacional, obtenida mediante el Frente para Todos, usando fundamentos republicanos que se contradicen con la cultura sindical de base. Y la foto final culmina en 48 horas antes del cierre de listas de un Moyano que hace un pacto político desprevenidamente con Daniel Scioli, al integrar una lista sin el apoyo de gobernadores e intendentes. Demostrando una gran falta de lectura del tiempo político reinante.

Capítulo aparte

Se sabe que el cierre de Mario “Paco” Manrique, fue más a título personal que a una rosca pensada por el Pablo. Pero sin dudas el proceso de construcción que venía llevando el secretario general de CGT, contenía mejores objetivos y base a la realidad, que las acciones de Hugo y Facundo. Otro elemento, sumando a la territorialidad sindical del gremio base de los Moyano, es que Pablo demuestra mayor consistencia en la construcción que está procesando el imperio camionero.

“No se dan cuenta pero ya perdieron”, asegura en off un importante dirigente gremial. En tanto, Hugo ensaya reeditar un nuevo armado gremial, pero todo el entramado que se viene dando carece de grandes nombres que lo acompañen y los principales dirigentes que convocó al nuevo espacio ya responden a las consultas comentado que no serán parte del proyecto político, esto incluye a nombres históricos y la reciente foto con los taxistas, que no genera peso político.

Hoy, sólo faltan 3 meses para las elecciones en el sindicato de Camioneros y la señal de Pablo Moyano es clara: forzar la situación para que Hugo de un paso al costado, quedar solo él y que su padre se desempeñe su poderío en la Federación. “La única manera de empezar a ordenar el entramando, o sino se vá”. Pablo, ya exclamó internamente muchas veces que se iba, “pero ésta es la definitiva”, dicen en su entorno.

El primogénito sabe que tiene en frente la oportunidad de ordenar lo que está pasando. Sabe que en estos meses se juega la sucesión definitiva en el poder, que sostienen aún el clan Moyano, pero ¿a qué costo? Pablo vs Hugo, o…. lo que quede del imperio.

PD: El lector tiene que entender siempre que todo este análisis está sujeto no solamente a acuerdos políticos, sino a una lógica familiar que de un día a otro se resuelve en una mesa familiar. La política es el arte de lo posible. La familia es el arte de lo inimaginable.

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