Desde el SICAMM aseguran que tuvieron una buena temporada, pero insisten con su reclamo de todo el año: más seguridad

El grueso de la temporada ya pasó en Mar del Plata, tanto a nivel turístico como, para varios sectores, a nivel laboral. Así también se vió reflejado en los deliverys, según detallaron desde el Sindicato de Cadetes, Motoristas y Mensajeros a Mi8.

Tras una temporada positiva para los repartidores tradicionales, con «mucho trabajo en las fiestas y desde el 10 de enero hasta la segunda quincena de febrero», hubo una constante que, lamentablemente, aun continúa en el radar: la inseguridad.

Alan Veltri, secretario general del Sicamm, aseguró a este medio que «los robos siguen: las motos nos las roban en zonas en particular. En lugares con mayor flujo de gente, no pasa». Además, reveló de qué manera referencian la ciudad: «De Jara para la costa es una ciudad, y de Jara para el otro lado es otra totalmente distinta».

«No podemos trabajar con un patrullero atrás, pero necesitamos una respuesta inmediata. Nuestra idea es tener diálogo constantemente. Somos un sindicato joven pero serio, tenemos un reconocimiento y buena predisposición para con todos» ratificó Veltri en relación al lugar que ocupa el sindicato en la CGT y los vínculos tanto con la Secretaría de Seguridad como con la Jefatura Departamental.

En esa línea, añadió: «Tenemos que organizarnos, participar y estar en la discusión. Compañero que tiene problemas lo invitamos a acercarse y dialogarlo juntos. Tenemos que unirnos y trabajar unidos. Tanto entre pares como entre gremios”.

Cabe resaltar que los deliverys cuentan con una herramienta instalada por el municipio desde mayo del 2024: los botones antipánico en sus celulares, iniciativa que «es un avance» pero no alcanza para combatir los delitos en las calles. «Hace un año que está el proyecto para los botones antipánicos en las motos, esperemos que prospere y se concrete, es necesario», aseveró Veltri al respecto.

Más allá de esta negativa que aun prevalece en el sector, el secretario resaltó que «hoy se puede trabajar de delivery. Con un jornal entero como delivery se puede vivir y mantener una familia. La moto es una parte de nosotros, si nosotros estamos bien, la moto también tiene que estarlo».

«Somos trabajadores como el resto. La diferencia es que ponemos nuestra herramienta de trabajo a disposición de la empresa. Entre 200 y 300 mil pesos nos cuesta poner la moto al día, y todo eso sale del sueldo», concluyó.